Uno de los problemas que amenazan a este ecosistema acuático es la contaminación por pesticidas, provenientes de la agricultura mecanizada que se práctica en 40% del territorio de la cuenca.
El día de ayer, 5 de diciembre, se conmemoró el Día Mundial de los Suelos, y el 3 de diciembre, el Día Internacional contra el Uso de Plaguicidas. Estas fechas nos brindan la oportunidad para hacer conciencia sobre la importancia de tener suelos sanos y sobre los efectos nocivos de sustancias tóxicas utilizadas para combatir plagas en los cultivos.
Uno de los problemas que amenazan de manera alarmante al Lago Chapala es precisamente la contaminación por pesticidas, provenientes de la agricultura mecanizada, que se práctica en 40% del territorio de la cuenca. Más de 50% de dichos pesticidas tienen efectos de alta y extrema toxicidad sobre el plancton, que es la base de la vida del lago; en los peces, lo que perjudica fuertemente a las comunidades locales que dependen de la pesca, y también amenaza la biodiversidad acuática, rica en especies endémicas. Estas sustancias tóxicas afectan a las 307 especies aves que habitan el lago y a sus alrededores y, de manera preocupante, la salud humana.
El Lago Chapala, el cuerpo natural de agua más grande de México
Es uno de los ecosistemas lacustres más antiguos del planeta (casi 7 millones de años), con una enorme biodiversidad, y fuente de servicios ambientales como agua (para consumo humano e irrigación), pesca y regulación climática, entre otros. Es también un espacio sujeto a enormes presiones que ponen en riesgo su capacidad de proveer dichos servicios para 4 millones de personas.
Una de las fuentes contaminantes que afectan fuertemente al Lago es la agricultura química, ya que utiliza fuertes cantidades de fertilizantes industriales, de los cuales una proporción importante no es aprovechada por los cultivos y acaba en el Lago Chapala, arrastrada por la lluvia. Esto provoca la abundancia de plantas flotantes, como el lirio acuático, que se ha convertido en un obstáculo para la navegación y el turismo, y provoca la presencia cada vez más constante de “explosiones de algas”, que pintan el agua de verde y generan fuertes alteraciones en el ecosistema, particularmente peligrosas cuando se trata de cianobacterias (organismos microscópicos que contienen clorofila, lo que les permite realizar fotosíntesis).
Por tanto, reducir de forma sustancial el arrastre de fertilizantes químicos y pesticidas que alcanzan al lago a través del arroyos y ríos es una prioridad que se está atendiendo como parte del proyecto Living Lakes Climate and Biodiversity, operado en México por el Instituto Corazón de la Tierra (ICT).
Para atender esta fuerte problemática se han identificado vías de contención y solución.
Prácticas que favorecen los medios de vida de pobladores locales, la salud del suelo y del Lago Chapala
Mejorar las prácticas agrícolas y ganaderas es clave para resolver el elevado ingreso de sustancias agroquímicas al lago. La aplicación de buenas prácticas de nutrición y cuidado de los cultivos implica involucrar a los productores locales, para reflexionar y reaprender la forma en que funcionan los agroecosistemas, elaborando productos libres de químicos nocivos mediante el uso de materiales locales, de bajo costo y fácil acceso.
Con estas acciones también se reducen las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, se mejoran las condiciones para la biodiversidad del lago y su cuenca, la salud del suelo y se incrementan los beneficios que obtienen los productores que habitan los alrededores de las Sierras de Chapala, al reducir sus costos de producción y limitar los riesgos a su salud.
Finalmente, las Sierras de Chapala son claves para asegurar la recarga de agua para el lago y para los mantos acuíferos.
Para el Instituto Corazón de la Tierra, socio en México del Proyecto Living Lakes Climate and Biodiversity estos temas son clave para mejorar los ecosistemas acuáticos, conservar suelos, cuidar la biodiversidad, reducir las emisiones a la atmósfera y asegurar la preservación de los servicios ambientales asociados al lago y a sus montañas adyacentes.
El ICT trabaja con más de 120 agricultores, agrupados bajo la modalidad de Escuelas de Campo (ECA), para acompañar su aprendizaje y la aplicación de Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN) en sus terrenos, aledaños a las Sierras de Chapala. En las ECA los integrantes aprenden a elaborar sus propios productos agrícolas, intercambian experiencias, reflexionan sobre la conservación de bosques y agua, además de mejorar su organización.
Otras metas del ICT con este proyecto son: aplicar el aprendizaje agroecológico y de ganadería regenerativa en 1,000 hectáreas alrededor de dos Áreas Naturales Protegidas (ANP), para crear Cinturones de Amortiguamiento productivo; abrir nuevas escuelas y mantener la capacitación a productores, crear una Mesa Interinstitucional de Producción Alternativa y conformar dos Consejos de Gestión de ANP que integren a los pobladores en la toma de decisiones para cuidar y utilizar sustentablemente esos bosques.
El Instituto Corazón de la Tierra trabaja en la región desde hace más de 20 años, realizando un trabajo comunitario fino que ha implicado ganar la confianza de los agricultores; identificar y reconocer sus saberes; acompañarlos en estos procesos de aprendizaje para que ellos mismos puedan reconocer las ventajas ambientales y económicas de dejar de usar fertilizantes químicos porque: No es posible tener un lago sano, en una cuenca degradada.
El Instituto Corazón de la Tierra trabaja en la región desde hace más de 20 años, realizando un trabajo comunitario fino que ha implicado ganar la confianza de los agricultores; identificar y reconocer sus saberes; acompañarlos en estos procesos de aprendizaje para que ellos mismos puedan reconocer las ventajas ambientales y económicas de dejar de usar fertilizantes químicos porque: No es posible tener un lago sano, en una cuenca degradada.