
A propósito del proyecto de construcción del nuevo acueducto para la Zona Metropolitana de Guadalajara, el Instituto Corazón de la Tierra manifiesta lo siguiente:
Con casi 7 millones de años de antigüedad, el Lago de Chapala es uno de los ecosistemas lacustres más antiguos del planeta y también el cuerpo de agua natural más grande de México, declarado como Sitio Ramsar (Humedal de importancia internacional) en 2009. Es un ecosistema complejo y frágil, que proporciona servicios ambientales imprescindibles. Uno de los más destacados es la dotación de agua a la mayor urbe del Occidente de México: 62% del consumo del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) proviene del lago, a través de una concesión de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) que autoriza la extracción de 240 millones de metros cúbicos al año.
El reciente anuncio del Gobierno del Estado de Jalisco sobre la construcción de un acueducto complementario al que existe y que está en funcionamiento desde 1995, ha generado una ola de posicionamientos de organizaciones y pobladores de la ribera, entre otras razones, por la pobre socialización del proyecto entre la población, organizaciones de la sociedad civil y otros grupos de interés. Hasta el momento no se ha presentado de forma pública un diagnóstico de la problemática que afecta al acueducto actual y que justifique la construcción de una nueva línea de conducción de agua. La principal ventaja, de acuerdo a lo señalado por el Gobierno del Estado, sería reducir la pérdida de agua en el proceso de conducción a las plantas potabilizadoras.
La solicitud de información por parte de los posibles afectados, para conocer en qué consiste el proyecto y cómo se pretende ejecutar, es completamente válida. El Instituto Corazón de la Tierra considera que esta coyuntura es una oportunidad para dialogar y analizar, no sólo la instalación del nuevo acueducto sino también dos aspectos clave para la dotación de líquido a la ciudad: que para distribuir agua esta debe llegar al lago en adecuado volumen y calidad, aspectos sobre los que existen fuertes y crecientes amenazas.
La adecuada recarga de agua implica mantener los Acuerdos de Distribución de la Cuenca Lerma-Chapala vigentes, pero también recuperar las zonas forestales que rodean al lago y que han sido severamente dañadas en las últimas décadas, reduciendo su capacidad de captar y envíar agua al lago. Este conjunto forestal incluye la Sierra Cóndiro-Canales, Cerro Gomeño, Sierra de Mezcala, Cerro Viejo-Chupinaya-Los Sabinos, Cerro de García, Sierra del Tigre y parte de las montañas de Sahuayo y Jiquilpan (Michoacán), que en conjunto reciben un volumen anual de lluvia que equivale a 9 veces el que tiene concesionado para su consumo anual el AMG.
Sin embargo, para que esta captación y canalización de agua funcione de forma correcta, las zonas forestales deben estar en buenas condiciones. Lamentablemente, en los últimos 40 años estos bosques de pino-encino, bosque de niebla y bosques secos, han sido severamente afectados, situación que ha reducido su capacidad de recarga hidrológica y aumentado el azolve en el Lago Chapala.
También es indispensable asegurarse que esta agua al escurrir por laderas, campos de cultivo y demás territorio no se contamine. Más de 60,000 hectáreas agrícolas y ganaderas se encuentran alrededor del lago, en las que se aplican anualmente 17,000 toneladas de fertilizantes químicos y 300,000 litros de pesticidas de alta toxicidad para peces, aves y plancton (tres elementos clave de este ecosistema acuático).
Los fertilizantes químicos son los principales responsables del exceso de lirio acuático en el lago y en sus afluentes, y de la dañina proliferación de cianobacterias, que liberan toxinas en el agua con efectos negativos sobre la vida acuática y la salud humana, por sus efectos sobre la piel, sistema nervioso, riñones y otros órganos.
El Lago Chapala enfrenta 16 de los 19 problemas que dañan a los lagos del planeta, incluyendo los ya mencionados. Atender las causas que los originan es complejo y requiere conocimiento técnico, compromiso y habilidad política, así como la creación de una sólida gobernanza.


Considerando lo anterior PLANTEAMOS:
1. La creación de una Mesa de Diálogo sobre el Nuevo Acueducto Lago de Chapala-Área Metropolitana de Guadalajara, en la que se atiendan debidamente las demandas de información del Frente de Pueblos Unidos por la Ribera y de otros actores académicos y sociales, con criterios técnicos, económicos y de beneficio social.
2. La construcción de una estrategia integral para el manejo de las cuencas Río Zula y Chapala (territorios de Jalisco y Michoacán), que permita atender las causas de los problemas que afectan al lago más grande de México, en lugar de destinar recursos a únicamente atender sus manifestaciones.
3. Dicha estrategia debe plantearse dentro de un enfoque de Manejo integral de Recursos Hídricos (MIRH) y Manejo Integral de Cuencas Lacustres (ILBM) aprovechando la favorable coyuntura del sector ambiental federal y de ambos gobiernos estatales, así como los instrumentos existentes, entre estos el Programa de Manejo del Lago de Chapala como Sitio Ramsar (2010), la Ficha Informativa ILBM del Lago Chapala (2021), el Plan de Acción de la Cuenca Lerma-Chapala 2024-2034 (2024); lineamientos nacionales como el Programa Nacional de Restauración, e internacionales, como la Resolución de Manejo Sustentable de los Lagos de la ONU (2022).
El conocimiento del territorio, la atención a las causas de los problemas y el involucramiento de la ciudadanía y sectores involucrados son componentes clave para restaurar y conservar los amplísimos servicios ambientales que provee el Lago Chapala a 7 millones de personas (agua para consumo humano e industria, biodiversidad, pesca, regulación climática, captura de carbono, entre otros). Fortalecer los procesos de gobernanza es requisito para llevar a la realidad proyectos con respaldo técnico y social.